Interesante. Dan ganas de leerlo, especialmente por aquello de la relación entre el vino y los momentos de la vida, del mismo modo que asociamos tantos sabores y aromas con instantes (o épocas) preciosos e inolvidables: los platos de las madres, los pasteles de tías y abuelas, el polvo de la tiza en la escuela, el perfume del primer amor…
En realidad, “maridamos” algo más que vinos. ¿Por qué no hacerlo también con ellos, de manera consciente y placentera?
Sí, Abel, los aromas y los sabores nos hacen revivir de nuevo situaciones y momentos del pasado. Y, como dices, los aromas y los sabores del vino también. Aprovechemos para degustarlo con calma, saboreándolo. “…el vino nos ha regalado mil momentos.”, Meritxell Falgueras dixit.
Salud!
15 November, 2013 at 10:29
Interesante. Dan ganas de leerlo, especialmente por aquello de la relación entre el vino y los momentos de la vida, del mismo modo que asociamos tantos sabores y aromas con instantes (o épocas) preciosos e inolvidables: los platos de las madres, los pasteles de tías y abuelas, el polvo de la tiza en la escuela, el perfume del primer amor…
En realidad, “maridamos” algo más que vinos. ¿Por qué no hacerlo también con ellos, de manera consciente y placentera?
15 November, 2013 at 10:53
Sí, Abel, los aromas y los sabores nos hacen revivir de nuevo situaciones y momentos del pasado. Y, como dices, los aromas y los sabores del vino también. Aprovechemos para degustarlo con calma, saboreándolo. “…el vino nos ha regalado mil momentos.”, Meritxell Falgueras dixit.
Salud!